Los aceites juegan un papel muy importante en un transformador eléctrico ya que estos son clave para su buen funcionamiento en los sistemas de alta tensión eléctricos. Se pueden utilizar diferentes tipos de aceites que actúan como aislantes, cómo el aceite vegetal y los fluidos sintéticos como la silicona, Midel y Alpha Fluid los cuales son hidrocarburos sintéticos.

Estos aceites sirven como aislamientos pero también como refrigerantes. Actúan impregnando el papel que envuelve las bobinas del transformador y transportando el calor que se haya generado hacia el exterior. Además, protegen el equipo evitando alguna descarga eléctrica en su interior, que pueda dañar la aislación o alguna de las partes del equipo, o incluso provocar una pérdida total del transformador a través de un incendio.

Diferentes tipos de aceites

Los líquidos aislantes eléctricos que se pueden llegar a utilizar en los diferentes tipos de transformadores pueden ser de varios tipos como el aceite mineral derivado del petróleo, que son los más usados y los fluidos sintéticos como la silicona, Midel y Alpha Fluid, los cuales son hidrocarburos sintéticos.

En el caso del aceite vegetal, este aporta una gran ventaja en el aspecto medioambiental porque es biodegradable, por lo tanto, si se derrama en el suelo o en el agua, en dos semanas estará degradado. Además de aportar ventajas en la seguridad industrial ya que es auto extinguible.

En cuanto a los fluidos sintéticos, en general, presentan un punto de encendido superior a 300°C. El Alpha Fluid que presenta la misma característica anterior, es un hidrocarburo sintético que al tener un baja viscosidad es un excelente refrigerante; es compatible con el aceite mineral pero no con la silicona.

Seguridad

Continuando con las características de algunos de los aceites que se utilizan en transformadores eléctricos, el aceite mineral no es tan buen aliado puesto que tiene una temperatura de encendido de 145ºC y esto lo hace muy peligroso en caso de que algo falle dentro del transformador, y acabar incendiándose.

Desde el punto de vista de la seguridad, el mantenimiento de estos líquidos es vital para evitar posibles fallas o problemas más graves, ya que podrían hacer peligrar el suministro eléctrico. 

Es recomendable monitorear una vez al año estos equipos, tomando  muestras del líquido y medir los gases disueltos, rigidez dieléctrica, humedad, acidez, tensión interfacial, factor de potencia y contenido de furanos, como prioridad.

Lo más importante es la fluidez y estabilidad química del aceite por lo que en caso de que se detecte el aceite mineral aislante contaminado con agua, partículas o compuestos de degradación, se realiza una “diálisis” con máquinas adecuadas y así recuperar las características iniciales del aceite mineral.

Además de tener cuidado con que el aceite no se aproxime a temperaturas de inflamación ni combustión, así como tampoco que se congele o no fluya al interior del equipo, ya que esto haría que pierda la función de disipar el calor contenido en su interior, debe  soportar el estrés del campo eléctrico al interior del equipo, que no se degrade por la presencia de este y sea capaz de mantener sus propiedades de aislación eléctrica.

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